13.6.11



-“Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.”

Cerró el libro y miró el reloj, eran más de las tres de la madrugada, dejó consumirse un último cigarro y apagó la lámpara que había sobre la mesilla.

Llevaba tres noches durmiendo en el sofá, frente al ventanal del salón.

Ella llevaba tres días sin aparecer.

Pero si ella no aparecía, es porque no quería. Y eso le amarga aún más. Y se culpa, claro que se culpa. Pero qué importa ahora la culpa. Importa que ella no ésta. Eso importa.

-“voy entre pena y pena sonriendo.”

5 comentarios:

Desidia dijo...

Que chulada de foto :3
Seguro que aparece, tiempo al tiempo.

IreneCandy dijo...

Eso es lo más importante, SONREIR!

Un besitoo

Unknown dijo...

Me encanta el toque melancólico que le has dado.
Un besito :)

Desordenenelcajón dijo...

No descarto esa obción de desaparecer sin remordimiento alguno y con toda la conciencia puesta en ese camino.
Precioso Mar ^^
Me gusta mucho la foto!
Un beso

Noelia dijo...

Meeee encanta la foto de las cámaras!