Sobre el estómago vacío todas las luces danzaban.
Nada es mío.
Mi cuerpo no es mío.
Este dolor de garganta le duele a mi cuerpo.
Yo no quiero tener nada.
Yo no tengo nada, de hecho.
Me arranqué media costra del ganglio izquierdo mientras dormía, la otra mitad seguirá infectada mañana.
Pero mañana puede no ser dentro de ochentayseismilcuatrocientos segundos.
¿Con qué órgano debo sentiros?
Si al fin y al cabo, no es una cuestión de carne.
No hay comentarios:
Publicar un comentario