No voy a salir a buscarte.
Ni a sonreirte con la ayuda de un alfiler en cada encía.
Búscame en lo sitios que frecuento.
En manchas negras sobre folios.
En restos de grafito sobre la mesa.
No vas a atarme corto, porque me desvanezco,
como espuma.
Voy y vengo. Vas y vienes.
Coincideremos en otro mar. Otro momento.
Cúrame las heridas por falta de saliva en el cuerpo.
Llévame a donde rimen herida y paz.
Me canso de dibujarte la solución en la espalda.
(Si pierdes el tiempo hay miles de Evas.)
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